By 9 mayo, 2022

En todo el mundo, el 84 por ciento de las explotaciones tienen una superficie inferior a las 2 hectáreas. Numerosos políticos y científicos sostienen que estas pequeñas explotaciones superan a las grandes operaciones industriales, en lo que respecta a una serie de medidas ambientales y socioeconómicas, aunque las últimas proporcionan la mayor parte de los alimentos del mundo. Vincent Ricciardi y sus colaboradores, de la Universidad de la Columbia Británica, en Vancouver, analizaron 118 estudios realizados a lo largo de 50 años en 51 países para medir el efecto del tamaño de las explotaciones en otros resultados, además de la producción de alimentos.

El equipo descubrió que las propiedades pequeñas tienen mayores rendimientos que las grandes, quizá debido a la mayor participación de mano de obra familiar. Las explotaciones de poca extensión tienden también a presentar una mayor variedad de plantas cultivadas, así como una mayor biodiversidad de especies no agrícolas. Ello se debe probablemente a que, en comparación con las explotaciones de agricultura industrial, las modestas dependen menos de los insecticidas, abarcan paisajes más diversos y están rodeadas de más márgenes de campo que las separan de otros cultivos y de las tierras sin cultivar.

Los autores sostienen que el apoyo a las pequeñas explotaciones aumenta la producción de alimentos al tiempo que proporciona importantes beneficios humanitarios y ecológicos.